El gobierno dominicano debería aplicar una serie de medidas tendentes a reducir el consumo de energía e hidrocarburos en el país y para garantizar el suministro de alimentos, de prolongarse el conflicto ruso-ucraniano y los elevados precios del petróleo en los mercados internacionales.
Así lo consideraron Rafael Espinal y Antonio Ciriaco, coordinador de la carrera de Economía del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) y vicedecano de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), respectivamente.
Espinal indicó que el gobierno tiene que tratar de hacer un plan de ahorro en término de la factura petrolera, que advirtió puede llegar a más de 6,500 millones de dólares para este año, “porque aparentemente los precios del petróleo no van a reducirse”.
“Pienso que el país debe establecer algún tipo de medida, en el caso de que ocurriese esto (prolongarse el aumento del costo del crudo), para reducir las jornada laboral y actividades en las escuelas y los colegios, para bajar el consumo de energía eléctrica”, sugirió.
El economista señaló que un aumento del petróleo por encima de los 100 dólares obligaría al Estado también a reducir las horas de trabajo en la administración pública y concienciación de la ciudadanía sobre el ahorro de energía.
Declaró que, de igual forma, de prolongarse el conflicto armado habría que agilizar los procesos de instalación de corredores de transporte masivo para reducir el consumo de combustible y el número de vehículos que transitan en la ciudad.
“En el caso de las materias primas, como el maíz y el trigo, que son sensibles, pienso que el gobierno debe mantener una política de subsidios, no tanto a los productores industriales, sino más bien a las familias más pobres a través de los programas sociales. Igualmente, en el sector agropecuario, tratar de quitar el efecto que pueda tener el alza del precio del transporte en esos productos, subsidiando algunos”, detalló.
En cuanto al turismo, explicó que es muy poco lo que se puede hacer, debido a que el efecto que esto va a tener en el sector es significativo, dado que Rusia y Ucrania son dos de los principales emisores de turistas al país.
“El Ministerio de Turismo tiene que tratar de moverse rápidamente para centralizar sus acciones hacia otros orígenes en la propia Europa, pero el país tiene poca flexibilidad en los efectos que puede tener esto sobre el turismo. No solo que se afecta Ucrania y Rusia, sino también los viajes desde ese continente”, añadió.
Para el académico, la revisión del marco macroeconómico no es solo necesaria por la situación ruso-ucraniana, sino por la tendencia que hay de que la inflación se mantenga alta durante 2022, lo que obliga a revisar el presupuesto de este año.
En tanto, el vicedecano de la Facultad de Economía de la UASD consideró que el gobierno está en la necesidad de seguir fomentando la producción nacional, afirmando que productos de primera necesidad, como el maíz y el trigo, son cultivados en Ucrania y Rusia, por lo que se pudiera afectar la producción avícola y de pan en el país.
Ciriaco sugirió desarrollar un “amplio” programa de provisión de alimentos a partir de ventas populares y mercado de productores.
De igual forma, declaró que se deben aplicar otras medidas de racionalización en el uso de la energía y de los combustibles en el sector público. Sostuvo que el conflicto tendrá repercusiones en toda la cadena de suministro, no solo de los combustibles, sino también del sector eléctrico.
“El gobierno tendrá que seguir subsidiando el incremento de los combustibles. Gran parte de los bonos soberanos que van para apoyo presupuestario tendrán que usarse para seguir subsidiando, de forma focalizada, los combustibles”, agregó.
Ciriaco entiende que el gobierno, dada la situación, tendrá que elaborar un presupuesto complementario, debido a que en el presupuesto de 2022 el precio del petróleo se proyectó a 62 dólares el barril “y está prácticamente por encima de los 90". "Estamos hablando de casi 30 dólares adicionales”.
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