Miles de personas perdieron sus empleos con el cierre de los hoteles, restaurantes, complejos turísticos y la suspensión temporal de los cruceros que llegaban semanalmente a esta Costa Atlántica, luego de la llegada al país del COVID-19.
Los complejos hoteleros, la plaza Independencia, la fortaleza colonial San Felipe, la Catedral, las paradas de autobuses, el malecón, la terminal de cruceros Amber Cove del municipio de Maimón y otros lugares atractivos lucen actualmente solitarios y desolados, apenas con algunos guardianes.
Se estima que las pérdidas que sufrirá el sector hotelero y turístico de esta zona serán multimillonarias, si se toma en cuenta que semanalmente estaban ingresando solo por la vía marítima más de 6,000 cruceristas.
El turismo en esta provincia había registrado un repunte con las inversiones privadas extranjeras y el apoyo del Gobierno, a tal extremo que se construyen dos nuevos puertos de desembarcos para buques comerciales y para turistas.
El anfiteatro la Puntilla se convirtió en uno de los espacios más deseados para presentaciones artísticas tanto nacionales como internacionales.
En esta zona también se celebraban torneos de golf, convenciones de entidades profesionales como los abogados, médicos, ingenieros y el movimiento cooperativista celebraba aquí sus eventos internacionales.
A la hora de sacar cuentas de los daños materiales que dejará COVID-19, esta provincia ocupará uno de los primeros lugares en la República Dominicana.
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