Primeros partos del año revelan realidad del sistema de salud dominicano

El 2022 se inicia con la noticia de que el primer bebé nacido este año proviene de una menor de 14 años de edad en el Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina. En Santiago, cinco horas más tarde, el primer parto en el sector público fue el de una mujer haitiana. Ambas situaciones reflejan la realidad social de la República Dominicana en dos vertientes, las menores de edad que dan a luz y se les imposibilita salir de la pobreza y un sistema de salud dominicano impactado por la presencia de parturientas haitianas.

La pobreza se repite tras el embarazo en menores de edad

De acuerdo al estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) 2020 “Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en seis países de América Latina”, el embarazo adolescente y su consecuencia inmediata, la maternidad temprana, configuran uno de los mayores desafíos sociales, políticos y económicos para los países de América Latina y el Caribe.

Cita que cuando una adolescente se convierte en madre, sus derechos sexuales y reproductivos, y sus derechos a la salud, educación, entre otros, se ven vulnerados a corto plazo. Sin embargo, las consecuencias se dan también a mediano y largo plazo.

En el plano familiar o núcleo primario, el documento explica que el embarazo en la adolescencia se asocia con la reproducción de la pobreza intergeneracional, ya que los hijos e hijas de madres adolescentes también suelen alcanzar menos años de educación formal, lo que probablemente dificulte su acceso a mejores condiciones de empleo en el futuro.

Además, las madres adolescentes y sus hijos suelen tener dificultades en el acceso a la vivienda perpetuando así vulnerabilidades de diversa índole. A nivel macro, el embarazo en la adolescencia impacta disminuyendo la participación de estas mujeres en el mercado formal de empleo, lo cual se traduce en una pérdida de productividad potencial y en una mayor dependencia de programas sociales.

En el prólogo del estudio se explica que la maternidad temprana involucra mayores riesgos para la salud de la madre y del(a) niño(a) y, por lo tanto, mayores costos asistenciales en salud.

Adicionalmente, los embarazos tempranos se asocian con abandono escolar y menor rendimiento escolar. Un menor nivel educativo limita las oportunidades laborales de la mujer, llevando a menores niveles de participación en el mercado de trabajo formal, menores niveles de remuneración y, con frecuencia, a vivir con una gran carga de trabajo doméstico no remunerado. Paralelamente, al tener menores ingresos, son menores sus contribuciones de impuestos directos e indirectos.

Asimismo, es probable que las jóvenes queden atrapadas en un círculo vicioso de pobreza y exclusión, que las afectará principalmente a ellas, pero que también limitará las oportunidades de sus hijos y, de forma agregada, dada la magnitud del embarazo adolescente en la región, afectará la realidad de sus comunidades y países.

 

Inversión del sistema de salud dominicano en haitianas

En los últimos cuatro años, el número de embarazadas procedentes de Haití lleva un ritmo acelerado, con una proyección a superar el número de las dominicanas. Para poner en perspectiva, en 2018, la cantidad de partos en centros de salud del Estado fue de 117,096, de los cuales el 12.50 % era de extranjeras haitianas. Pero hasta noviembre del 2021, de 82,762 partos registrados, el 30 % (24,376) habían sido de mujeres procedentes de Haití.

Cada día que pasa la carga fiscal se vuelve insostenible ha advertido anteriormente Daniel Rivera, ministro de Salud Pública. “La capacidad instalada, esa es la preocupación de nuestro presidente. Nos preocupa que nuestras dominicanas se están viendo limitadas y están migrando hacia el sector privado, haciendo grandes gastos". El servidor estatal señaló que solo en costo de atención a partos de extranjeras se destinarían alrededor RD$10,000 millones, sin incluir gastos médicos ni las cesáreas.

En las provincias La Altagracia y Valverde los partos de haitianas realizados significan un 60 % a un 65 %, y de 60 % a un 70 %, respectivamente, y durante noviembre, en Montecristi el número de haitianas atendidas fue de 68.96 %, contra, apenas un 31.03 % de las dominicanas.

Asimismo, la República Dominicana se enfrente a una situación de crisis de salud por el deterioro de los servicios sanitarios.
En el período de enero del 2019 a octubre del 2021, el 41.8 % de las parturientas fallecidas eran haitianas, muchas de las cuales presentaron niveles de complicaciones durante la labor de parto, debido a que durante el embarazo no mantuvieron un ritmo de vigilancia de salud.



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