La Unión Europea (UE) espera mantener el vital acceso de sus pesqueros a las aguas británicas a partir de 2021, un objetivo que deberá negociar con el Reino Unido para el 1 de julio y que se anuncia difícil.
- “Acceso recíproco” -
Aunque la pesca sólo representa una ínfima parte del PIB de la UE, la actividad es vital para muchas flotas de Francia, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos e Irlanda, así como España, en una menor medida.
“Hay cinco veces más de barcos europeos en aguas británicas que barcos británicos en aguas europeas”, explica Pierre Karleskind, eurodiputado que podría presidir la comisión de Pesca por la marcha de los británicos.
Alrededor del 30% del valor de las capturas de la flota francesa se obtiene de aguas británicas, una cifra que puede montar hasta el 50% en el caso de Bélgica.
La Política Pesquera Común permite a los países del bloque -y al Reino Unido hasta finales de año- gestionar las poblaciones de peces de manera sostenible y con igualdad de acceso a las aguas, algo que los británicos han denunciado sistemáticamente.
Para garantizar la renovación de las poblaciones, los países europeos negocian cada año las cuotas en virtud del Rendimiento Máximo Sostenible, que después se reparten entre las flotas nacionales.
- Acuerdo “indisociable”-
“El acuerdo que deseamos en el interés de los pescadores británicos y los pescadores europeos (...) forma parte de manera indisociable del acuerdo comercial”, explicó este lunes el negociador europeo Michel Barnier.
Vincular el pacto pesquero al acuerdo comercial mucho más amplio permite a los europeos hacer presión sobre la cuestión de la pesca, máxime cuando el Reino Unido tiene ventaja negociadora en este ámbito.
“Comenzamos por la pesca y no continuamos la negociación sobre el acuerdo global si no hay resultados. Esto permite que nuestro talón de Aquiles no sea una variable de ajuste”, apunta Karleskind.
La declaración política adoptada por Londres y Bruselas junto al acuerdo de divorcio establece que la cuestión de la pesca debe solventarse para el 1 de julio, a tiempo para organizar el reparto de cuotas a partir de 2021.
“Si no hay acuerdo en julio, intentaremos tener un acuerdo más tarde, pero esto podría tener consecuencias sobre las decisiones de cuotas pesqueras”, explica un funcionario europeo.
- “Mantener la actividad” -
Según el proyecto de mandato, la UE quiere “mantener [sus] actividades pesqueras” y “evitar la desorganización económica de los pescadores de la Unión que pescan tradicionalmente en aguas del Reino Unido”.
La UE busca continuar con las modalidades actuales: condiciones de acceso recíprocas y cuotas. El Reino Unido por su parte se alegra de convertirse en “un Estado costero independiente”.
“Cualquier acuerdo debe reflejar esta realidad”, insiste el gobierno británico. “El Reino Unido, como Noruega, Islandia y las islas Feroe, tendrá negociaciones anuales con la UE sobre el acceso a las aguas y las oportunidades de pesca”, agrega.
Estos tres países sólo tienen unas pocas poblaciones que gestionar con la UE, cuando en el caso del Reino Unido y el bloque se trata de un centenar de ellas.
La flota pesquera británica no tiene capacidad de cubrir la totalidad del volumen de capturas realizadas por los barcos europeos.
Además, los británicos necesitan el mercado europeo para sus productos del mar, ya que la UE es el destino del 70% de sus exportaciones.
“La cuestión de la pesca ha sido fundamental en el contexto del Brexit”, apunta el eurodiputado François-Xavier Bellamy, para quien esto anuncia negociaciones “más difíciles que con Noruega” vista la “vinculación” del mar con la “soberanía”.
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