Los números son verdaderamente asombrosos, acordes con el tamaño de los mercados a los que esas compañías sirven. Mientras las aerolíneas de países como el nuestro hablan de algunas unidades de aeronaves, o a lo sumo una o pocas decenas, otras aerolíneas están embarcadas en lo que podría describirse como un febril proceso de expansión. Parecería que intentan desquitarse de los meses en que la pandemia puso de rodillas al tráfico aéreo de pasajeros.
Por supuesto, las compañías de aviación no están comportándose de ese modo por capricho. Quienes se están desquitando de los cierres de aeropuertos son realmente los pasajeros, a pesar de la inflación, la guerra y el menor crecimiento económico. Y las empresas sólo responden a la demanda de los usuarios.
Recientemente, una compañía de bajo costo de la India, IndiGo, colocó la mayor orden individual de aeronaves en la historia - 500 aviones Airbus A-320 -, elevando a 1,330 unidades la cantidad de aviones que tiene pendiente de entrega para los próximos doce años. Su principal competidor doméstico, Air India, tiene por su parte 470 unidades ordenadas, y ambas se suman a empresas del Medio Oriente y otras regiones que también están expandiendo y renovando sus flotas agresivamente.
Lógicamente, el mercado de aeronaves nuevas funciona a mediano plazo. Los aviones no van a ser entregados este año o en el 2024. Será después del 2030 cuando muchas de esas unidades hagan su primer vuelo, abriendo la posibilidad de adiciones, cancelaciones o modificaciones en las fechas de entrega.
El mercado potencial es inmenso. Se estima, por ejemplo, que apenas un 5% de los 1,400 millones de habitantes de la India se ha montado alguna vez en un avión. Eso significa que de no ocurrir una sustancial disminución en la contaminación atmosférica provocada por el tráfico aéreo, y hasta ahora sólo hay buenas intenciones, el aumento de los vuelos en todo el mundo, especialmente en los grandes países emergentes, será una pesadilla para los ambientalistas.
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