La economía dominicana se ahorraría RD$29.5 millones si tuviese en disposición una metodología de restablecimiento ante fallas eléctricas o blackouts, al pasar de RD$40.7 millones sin esta técnica a RD$11.1 millones con esa herramienta.
Así lo establece la investigación “Análisis del sistema de arranque en negro en la República Dominicana”, que indica que en el penúltimo blackout que sufrió el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado, según el Centro de Control de Energía, sucedió el 16 de mayo del 2015 y se extendió hasta el día siguiente, con pérdidas macroeconómicas de energía de 22,385.37 MWh, para un total de RD$40.7 millones.
Según la investigación publicada en la revista Ciencia, Ingenierías y Aplicaciones del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) “se analizaron una serie de metodologías de remuneración para ver cuál se adaptaba mejor al sistema eléctrico dominicano, siendo esta el contrato bilateral, puesto que este es un concreto sistema de pago con condiciones claras y justas que a la vez hace que sus agentes maximicen sus ganancias económicas por su flexibilidad”.
Para la condición actual del país los investigadores Freddy Acosta, Fanuel Ferrer, Jean Carlos Milanés, Doris Nina, Ransys Santos, Eduardo de León y Miguel Aybar escogieron el esquema de contrato bilateral, debido a que en este mercado existen contratos que involucran relaciones comerciales entre los agentes productores de energía y los usuarios.
Concluyeron que el establecimiento de una metodología ante blackouts es de vital importancia para el sistema eléctrico, ya que mientras más prolongados, mayores son las pérdidas asociadas, provocando así que se agudice la crisis financiera que caracteriza el sector eléctrico.
“República Dominicana no cuenta con un esquema que permita restablecer el sistema en caso de que algún fenómeno o evento natural ocasione una falla en el suministro eléctrico, por lo que, se plantea un método de remuneración y un esquema para el restablecimiento del sistema de forma rápida y eficaz”, explica la investigación.
Refiere que lo anterior se logra conociendo los puntos vulnerables del sistema, las generadoras con la capacidad de realizar el servicio de black-start y con la ayuda de herramientas de simulación para estimar el tiempo de respuesta del sistema.
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