El dominicano residente en el exterior disfruta desde hace 27 años de la exoneración de impuestos por traer en Navidad y Año Nuevo determinados artículos de un valor tope. Pero desde el comercio formal se calcula que esto afecta negativamente a los negocios locales y desde ya hay oposición a un proyecto de ley que busca ampliar esa dispensa al verano.
Para un estudio realizado en febrero a solicitud de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC) y compartido a Diario Libre, se consideraron cuatro escenarios. Con estos se estimó el impacto económico de la última gracia navideña aprobada que, entre el 1 de diciembre de 2022 hasta el 15 de enero de 2023, permitió a los dominicanos residentes en el exterior y relacionados traer a su país artículos o mercancías por un valor de hasta 4,000 dólares.
Los escenarios plantearon montos de 1,500, 2,000, 3,000 y 4,000 dólares por familias integradas por dos, tres o cuatro miembros. Al estimar, basándose en datos oficiales, que durante el periodo de la gracia arribaron por avión al país 244,000 dominicanos residentes en el extranjero, se calculó que el valor de los productos ingresados por los beneficiados de la exención oscila entre los 92 millones y los 488 millones de dólares.
“Este sería, en principio, el volumen de ventas que pierde el comercio local”, se asegura en el estudio de la ONEC, basándose en el supuesto de que, de no concederse la gracia navideña, estos artículos serían comprados en los comercios locales, “lo cual –se reconoce– no necesariamente es cierto”.
En tanto que la renuncia fiscal (gasto tributario) que implicó la última aplicación de la gracia navideña oscilaría entre 54 millones y 289 millones de dólares, según el escenario que se tome para el cálculo.
Este se basa en el supuesto de que la mayoría de los bienes ingresados son electrodomésticos y, por tanto, se consideró:
- un arancel de 20 %
- un impuesto selectivo al consumo (ISC) de 15 %
- un impuesto sobre transferencia de bienes industrializados y servicios (ITBIS) de 18 %
Una gracia desde 1996
La diáspora dominicana se estima en casi tres millones de personas. Fue con la Ley 09-96 que se estableció la liberación de impuestos de importación a todos los regalos que se traigan a familiares y amigos de residentes en el extranjero que no hayan entrado al país en los seis meses que preceden del 1 de diciembre al 7 de enero siguiente.
Para ese entonces (1996) se estableció un tope de 1,000 dólares para la suma total del valor de los artículos.
Pero, de manera administrativa la Dirección General de Aduanas (DGA) ha ido modificando la fecha y el monto, hasta llegar a los 4,000 dólares del último periodo navideño y de Año Nuevo, y la extensión hasta el 15 de enero.
Con la modificación a la Ley de Aduanas, se ratificó en 2021 que sea desde el 1 de diciembre de cada año y hasta el día 7 de enero. También, se asentó que sólo aplique para dominicanos y se oficializó que la DGA tenga la facultad de determinar el monto del valor de los regalos (que excluyen vehículos, armas y materia prima) que se pueden traer.
“La gracia navideña es una medida que sólo República Dominicana ha adoptado en la región -ningún otro país de América Latina y el Caribe ha considerado conveniente implementarla- y que, además, ha venido siendo aplicada ilegalmente”, se indica en el estudio de la ONEC, un gremio que representa a 58 empresas que agrupan 750 establecimientos formales a nivel nacional.
Entra el verano
Los cuestionamientos a la gracia la ONEC además los extrapola a un proyecto de ley que se aprobó en el Senado en abril y ahora se estudia en una comisión de la Cámara de Diputados. Este busca que también se aplique en verano, específicamente desde el 1 de julio hasta el 15 de agosto de cada año.
Además, que en cada periodo de gracia el total de los regalos no exceda los 3,000 dólares y dicho monto se indexe anualmente considerando la inflación acumulada.
“En desacuerdo total”, dice José Antonio Álvarez, presidente de la Asociación Nacional de Importadores (ANI), sobre dicha propuesta. “Seguimos alentando el no pago de impuestos, sea en forma de arancel o ITBIS, con medidas como esas”.
“Cualquier importador –agrega– puede traer una importación por un valor similar y verse requerido/obligado a pagar aranceles, ITBIS y otros gastos para aduanales. ¿Quién no quisiera tener una gracia de ese tipo?”.
El sector comercial teme que esta facilidad sea aprovechada por negocios para introducir mercancías con fines lucrativos, como ha venido denunciando con la exoneración de impuestos a las compras por internet menores a los 200 dólares. En el estudio se plantea un escenario en que se use correctamente, pero se concluye que, por igual, perjudica al comercio local.
- Calcula que, si un consumidor compra un artículo por internet valorado en 50 dólares o 2,700 pesos, al sumar 280 pesos del costo del courier, el precio final sería 2,980 pesos. Pero si la tienda local vende ese mismo producto a los 2,700 pesos, aún debería pagar 540 pesos de arancel y 583 de ITBIS, con lo que el artículo subiría a 3,823 pesos.
Las compras por internet aumentaron RD$74,200 millones en dos años
“La gracia navideña, al igual que la exoneración a la importación de paquetes de bajo valor, la promoción del sistema financiero a las compras de estos paquetes, y la informalidad, provocan un desplazamiento del comercio formal local por el informal o por importaciones exoneradas”, se asegura en el estudio.
El senador Franklin Rodríguez, proponente del proyecto de ley que busca incluir la gracia en el verano, no considera su iniciativa como lesiva al comercio, sino una compensación a la diáspora que aporta remesas. Estas transferencias sólo el año pasado totalizaron 9,856.5 millones de dólares, representando el 9 % del producto interno bruto de la nación, según estima el BID.
“El hecho de que podamos dar una gracia en verano a esos dominicanos, que son los que envían esas remesas, no creo que afecte el desarrollo comercial de República Dominicana”, dice Rodríguez a Diario Libre. Observa que existe desde 1996 y el nivel de desarrollo no se ha visto afectado por su aprovechamiento. Señala que los dominicanos ausentes también llegan con dinero para gastar y esto beneficia a la economía local.
“Es simplemente un poco de sensatez –dice–, de ir devolviendo a la comunidad dominicana en el exterior algo de lo tanto que nos aporta. Por eso motivamos y sometimos esta iniciativa, que fue una de las sugerencias que nos realizaron en los encuentros con los dominicanos en el exterior, tanto en Estados Unidos, Puerto Rico, en la Florida y Europa”.
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