El grupo finlandés Nokia anunció este lunes a los representantes de su personal en Francia que suprimirá 1,233 empleos, lo que supone un tercio de la plantilla en su filial francesa, constituida en gran medida con la compra en 2015 de Alcatel-Lucent.
La intersindical de Nokia señaló en un comunicado que la dirección pretende disminuir en 831 los efectivos de su centro de Nozay, en la región de París, y en otros 402 los de la planta de Lannion, en Bretaña (noroeste).
La unidad de Lannion, que cuenta con unos 800 trabajadores, está especializada en tecnologías e ciberseguridad, mientras que Nozay, con casi 2.900 empleados, concentra la investigación en la 5G, la telefonía móvil de quinta generación.
La compañía justificó en un comunicado ese "proyecto de racionalización de sus actividades en Francia", que se enmarca en un programa mundial, por un contexto de mercado en el que "la presión sobre los costos sigue siendo muy importante".
El objetivo es "incrementar la eficacia operativa, mejorar la productividad y aumentar la agilidad en I+D (investigación y desarrollo) para reforzar la posición competitiva y garantizar el resultado del grupo a largo plazo".
Su responsable en Francia, Thierry Boisnon, afirmó que la empresa mantendrá en Francia "un anclaje sólido en la I+D, en las ventas y en los servicios", lo que a su juicio les permitirá desarrollar y ejecutar con eficacia los proyectos de sus clientes.
Los sindicatos se quejaron de que este plan de supresión de puestos de trabajo, el cuarto en cuatro años, está marcado por "una estrategia de bajo costo" que es "contraria a todos los compromisos asumidos por Nokia en Francia".
"Nokia se ríe de todo el mundo y en primer lugar del Gobierno francés", añadieron antes de afirmar que sus acciones para evitar esos recortes estarán "a la altura de este ataque sin precedentes".
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