El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con una subida del 1 %, hasta los 38,88 dólares el barril, motivada por un inesperado aumento en los beneficios industriales y en la actividad de China, el mayor consumidor de crudo del mundo.
A las 09.15 hora local (13.15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en agosto sumaban 39 centavos respecto a la sesión previa del viernes, cuando el Texas cedió un 0,6 %.
Los precios del petróleo subían en una jornada con muchos estímulos tras la quiebra de la energética Chesapeake Energy, conocida por ser unas de las principales impulsoras de la técnica del "fracking", y el continuo aumento de casos de la COVID-19 en Estados Unidos, donde ya se han superado los más de 2,5 millones de infecciones y las más de 125.000 muertes.
"Mientras los casos del virus suben, los precios se enfrían", dijo la analista de la consultora energética Rystad Energy Louise Dickson, que agregó que la bancarrota de Chesapeake "no es una sorpresa" y destacó que la firma se había acogido a una serie de artículos de la ley de bancarrota que vislumbran que su actividad no cesará sino que lo que está buscando la compañía es reestructurar su deuda.
Por otro lado, los recortes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) siguen haciendo efecto en el mercado y ayudan a equilibrar la coyuntura pese a la incertidumbre por la pandemia.
En los próximos días, la OPEP+ dará a conocer los niveles de cumplimiento que se han registrado durante el mes de junio después de que en mayo hubiesen alcanzado cerca del 90 %.
Los analistas estarán especialmente pendientes a los recortes de Iraq o Nigeria, a la par que preocupa la recuperación de la producción de Libia, que podría presionar los precios del crudo a la baja si se produce un exceso de oferta.
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