“En la seguridad social, el garante de los derechos debe ser el Estado”

El 4 de febrero, el Congreso aprobó un proyecto de modificación de ley que modifica la 87-01 sobre el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), con 18 años de vigencia. Esta modificación elimina los intereses de la deuda que empleadores han acumulado, al evadir la seguridad social. Estos intereses suman más de 485.3 mil millones de pesos (casi medio billón), y su eliminación beneficia a 225 empresas grandes, a 482 empresas medianas, a 3,111 empresas pequeñas y a 28,254 microempresas. Un total de 32,072 empresas.

Además, a 182 ayuntamientos y otras instituciones del sector público.

Según el Gobierno, esa medida permitirá que cerca de 150,000 trabajadores del sector público y privado ingresen a la Seguridad Social, como resultado de que esas empresas e instituciones podrán contribuir a la seguridad social, como resultado de no exigírsele el pago de la mora acumulada, considerada por su elevado monto como una “deuda impagable”.

Además, esa nueva ley reduce la comisión anual de las administradoras de fondos de pensiones (AFP) hasta 1.20% sobre el saldo administrado en 2020, lo que se va desmontando gradualmente en 0.5 puntos porcentuales anuales, para que en el 2029 quede en 0.75% sobre el saldo administrado.

Asimismo, fortalece a la personalidad jurídica de la Tesorería de la Seguridad Social y de la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados (DIDA).

Pese a esos desmontes, la Fundación Juan Bosch, una institución veedora de la sociedad civil que da seguimiento a los temas de la Seguridad Social, considera que los ingresos y las ganancias de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), lejos de disminuir, van a aumentar.

En ese contexto Diario Libre publica una primera entrega de entrevistas sobre la Seguridad Social, iniciando con el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Ariel Jiménez.

-En el marco de la seguridad social, cuándo los afiliados se retiran lo primero que sucede es que pierden su seguro de salud, cuando se supone que más lo necesitarán. Lo único que piensan es que ya no tienen un seguro de salud, y lo primero que harán será recurrir al servicio público de salud, lo que crearía una demanda tan grande que socavaría la capacidad del sistema público, por lo menos en perspectiva ¿Qué se está haciendo en ese sentido?

R. Efectivamente son muchos los retos que tiene nuestro Sistema de Seguridad Social, conforme fue diseñado en la Ley 87-01. Y hemos venido trabajando en una serie de cambios que son necesarios para ir mejorando el sistema. Porque ya tenemos casi 18 años de haberlo implementado, entonces hemos tenido el tiempo suficiente para darnos cuentas donde nos quedamos cortos, y en dónde hemos cometidos errores. Y, además, hemos visto las experiencias de otros países de la región, que, teniendo esquemas similares, han tenido ciertas dificultades.

Por eso hemos iniciado una serie de reformas. Primero, con la disolución del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, para reorganizar el Estado, y para evitar la duplicidad de funciones. Y con eso, generar ahorros que permitan, por ejemplo, mejorar las prestaciones del seguro de riesgos laborales, como se hizo en la Ley 397-19.

También, acometimos una segunda reforma a través de la Ley 13-20, que busca ampliar cobertura, que busca incluir a más personas en la seguridad social. Y estimamos que aproximadamente 150 mil personas y sus dependientes podrán tener acceso a la seguridad social.

Por ejemplo, digamos que 400 mil personas tendrán un seguro familiar de salud. Es algo muy importante. Pero sabemos que quedan muchas cosas por hacer, que necesitamos una reforma integrar que pueda continuar mejorando la calidad del Sistema de Seguridad Social.

En una primera parte nos hemos centrado en la cobertura. Ahora estamos haciendo los estudios necesarios para mejorar la calidad, siendo uno de esos temas, necesariamente, el Seguro Familiar de Salud para los pensionados. Lamentablemente, el diseño actual del Sistema Dominicano de la Seguridad Social se enfoca en la dinámica empleador-empleado, donde se cotiza un porcentaje del salario, tanto por parte del empleador, como del empleado. Y eso financia las cotizaciones de las pensiones, del Seguro Familiar de Salud, y del Seguro de Riesgos Laborales.

Cuando una persona es pensionada, entonces ahí perdería esa relación activa laboral, y con eso ya ni tendría acceso a su seguro de salud. Eso es algo que tenemos que corregir, sobre todo viendo que la pirámide poblacional de la República Dominicana en los próximos años estará cambiando, para concentrarse en personas adultas que eventualmente tendrán que ser pensionadas, y terminarán siendo adultos mayores que no tendrán un seguro de salud.

Entonces, estamos haciendo los estudios para ver cuánto costaría, para poder disponer que el Sistema de la Seguridad Social contemple un seguro para los años de pensión. Se estima que los años de pensión serían algunos 15 a 20 años, dependiendo de cómo evolucione la esperanza de vida al nacer.

Estamos intentando tener esa parte lista en los próximos meses para llevarlo también al Congreso, y poder discutir con ellos cuáles son las mejores opciones de financiamientos para su seguro de salud.

-El tema del financiamiento me parece que será un gran reto, por el hecho mismo de que al no estar incluido dentro de los beneficios del Sistema Dominicano de la Seguridad Social, los afiliados no contribuyeron para un Seguro Familiar de Salud, después del retiro. Entonces, ¿tendría que ser con fondos públicos?

R. Hay varias opciones. De hecho, el Gobierno ha ido experimentando. Si se fija, el Gobierno ha creado planes transitorios de salud, para pensionados, para relacionados al sistema al sistema de salud, por ejemplo, médicos y enfermeras, personal administrativos, y también para los militares y policías. Se han creado sistemas donde cotizan un porcentaje de su pensión, y pueden entonces financiar su seguro de salud.

Dentro de todas las opciones que se tienen disponibles, una es que el financiamiento venga del sector público. Otra es que el financiamiento venga de las cotizaciones de las personas activas, que sería un componente solidario intergeneracional. Y otro componente es que las personas puedan desde ya ahorrar para el pago de su futuro en el tema del seguro familiar de salud.

Cada uno de esos elementos tienen un costo que luego tendrá que discutirse en el Congreso para ver cuáles son las opciones más viables.

-Hay un segmento de la población que ha ingresado a una edad tardía, y en esos 18 años han llegado a los 60 años que es la edad de retiro. Pero tienen que continuar como empleados porque no han acumulado la cantidad de cotizaciones para tener una pensión digna, pero también porque quedarían fuera de la seguridad social. ¿Se contempla alguna iniciativa en ese sentido?

R. Son muchas las opciones. Primero, no todo el dominicano que llega a la edad de retiro quiere pensionarse, porque, yo diría, las personas son muy activas. Le gusta mucho estar en su trabajo, contribuir. Entonces, por suerte tenemos esa ventaja, de que la mayor parte de los dominicanos quieren seguir laborando y aportando.

Pero ciertamente, uno de los principales retos que tenemos es con esa franja de la población, que cumple la edad, pero no las suficientes cotizaciones. Lo que se tiene previsto es que esas personas puedan retirar sus ahorros, pero no es el mejor de los esquemas. Entonces, hay que ver cómo se puede garantizar que todas esas personas puedan tener acceso a unas pensiones que sean dignas.

-Cuando se aprobó la Ley de la Seguridad Social se copió un modelo que ya estaba desacreditado en muchas partes del mundo, que es el chileno. Y que es una expresión del neoliberalismo, que para muchos es la versión más atroz. Todo depende de lo que uno pueda hacer por sí mismo y más nada. Ahora hay una crisis en Chile, que ha demostrado lo insostenible que es un sistema así, y que además va a provocar un nivel de desigualdad bastante grande. Pero en el caso dominicano, no sé si es igual en Chile, se estableció una disposición que le quita al Estado la responsabilidad de la política pública en el tema de la seguridad social, y que consiste en el poder del veto. ¿Debe continuar el poder en veto en el Consejo Nacional de la Seguridad Social?

R. Son de las cosas que estamos pendiente de discutir. El poder del veto ciertamente fuerza a que se lleguen a grandes acuerdos sociales, y eso es siempre importante.

-Pero ha sido más parálisis.

R. Claro, a eso voy. Ciertamente lleva a el consenso, al diálogo social y a la búsqueda conjunta de opciones a los problemas del sistema. Pero hay que saber que el garante de los derechos tiene que ser el Estado Dominicano.

-Entonces, el Estado debe tener la última palabra.

R. Entonces, el Estado Dominicano, como el único en la mesa que tiene delegación de autoridad por parte del pueblo, debería tener la capacidad de las grandes tomas de decisiones, siempre que, por ejemplo, no afecte la sostenibilidad financiera. Pero hay muchas decisiones que deben tomarse en diálogo con los sectores, pero sin un esquema organizacional que lleve a una parálisis.

Sobre el caso chileno, lo importante es que, en República Dominicana desde ya, 10 a 15 años antes de que se genere ese tipo de situaciones, el Gobierno ha previsto la necesidad de una reforma. Por eso es que estamos tan comprometido con continuar evaluando las distintas opciones, para evitar llegar a lo que está ocurriendo hoy en día en Chile.

Tenemos que saber, también, que no todo es culpa del Sistema de Seguridad Social. En los países de América Latina tenemos grandes retos en nuestros mercados laborales. No es lo mismo crear un estado de bienestar en Alemania, que tiene unos bajos índices de informalidad, que tiene una tasa de cotización mucho más alta dentro de la población, que tenerlo en América Latina, donde en muchos países, aproximadamente el 50% de la población está en el segmento informal.

Entonces, tenemos que considerar las características del mercado laboral, y ver en qué esquema se puede diseñar un sistema justo para toda la sociedad. Sistema que sea consistente con la sostenibilidad financiera, pero también que sea sostenible desde el punto de vista fiscal.

-Son medidas que se han reclamados desde hace mucho tiempo, y han llovidos océanos de críticas sobre el modelo de la seguridad social, por el tema de la tasa de reemplazo y el tema de los copagos. Lo dominicanos pagan más de sus bolsillos que lo que el Estado invierte en salud pública. Y eso no sé si tiene un parangón en otro lugar del mundo. Viendo lo dramático del asunto, ahora estamos al borde de unas elecciones. No sabemos lo que puede pasar. Puede haber una continuidad del gobierno, pero también puede haber un cambio. Podría provocarse una inestabilidad política, o falta de seguimiento a estas decisiones. ¿Por qué se esperó tanto?

R. Yo creo que hay suficiente conciencia de parte de los actores sociales, y a nivel del Congreso de la necesidad de una reforma. Lo que pasa es que las reformas estructurales siempre toman mucho tiempo. Toman, por un lado, tiempo de análisis, porque son complejas desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista legal y, por ejemplo, financiero. Y, además, requiere una serie de consensos sociales que no se construyen de la noche a la mañana.

Por eso es que, durante todos estos años, el presidente Danilo Medina ha priorizado el diálogo con los sectores, para entre todos buscar las soluciones. Insisto en que estamos todavía a muchos años antes de que se sientan los efectos de la desigualdad en el Sistema Dominicano de la Seguridad Social. Y por eso se están tomando medidas a tiempo. Por eso se están haciendo las reformas necesarias.

-Permítame hacerle una pregunta sobre un posible mundo distópico. De no hacerse un cambio en términos de políticas públicas con relación a la seguridad social, ¿cuál sería el escenario que podríamos describir en este momento sobre la situación social y política y, sobre todo, sobre la presión que podría tener en las finanzas públicas?

R. Justamente, de no hacerse cambio en el Sistema de la Seguridad Social, todas las personas que al momento de su retiro no tengan una pensión digna, no tengan un seguro de salud, van a requerir mucho los servicios públicos, que el Gobierno siempre lo presta con mucha cortesía, y con la conciencia de que es nuestra responsabilidad. Pero no quisiéremos tener ciudadanos de segunda. No queremos tener ciudadanos que por su condición social no puedan mantener acceso y pleno disfrute de sus derechos. Por eso estamos desde ya haciendo estas reformas.

El gobierno siempre, a través de los servicios públicos, ha evitado que por falta de ingresos la ciudadanía no pueda acceder a los servicios básicos. Por eso es que precisamente el Gobierno ha dedicado tanto de su presupuesto a mejorar los hospitales para que las condiciones en los mismos sean similares a las que existen, por ejemplo, en varios centros del sector privado.

-¿Cuál es el ámbito de aplicación de la Ley de la Seguridad Social, tanto en los términos territorial y social?

R. Todo el territorio nacional. De hecho, por acuerdo con varios países se puede incluir a dominicanos que vivan en el exterior. Tenemos acuerdos con España, estamos negociando también con Chile, para que los dominicanos puedan cotizar allá en el Sistema de seguridad Social de ellos. Entonces tiene alcance nacional para todos los sectores económicos.

-Pero ¿es voluntario?

R. ¿Cuál?

-La Ley de Seguridad Social.

R. La Ley de Seguridad Social, por un lado, es obligatorio para todos los empleados. Para las demás personas, por ejemplo, en el sistema informal debería ser obligatorio. Lo que pasa es que necesitamos mecanismos eficientes.

-Si, ahí se entiende la dificultad en el sector informal.

R. Porque hay un principio fundamental en la seguridad social, que es la universalidad. Debe ser un sistema universal para todos los dominicanos y dominicanas.

-Le hago la pregunta porque llama la atención que hay muchos sistemas y con demasiados beneficios. Los congresistas tienen su sistema, los del sector público financiero tienen su sistema, con beneficios que parecen del primer mundo. Y todo sector que tenga poder y ciertos privilegios, crea su propio sistema de seguridad social. Entonces, la Ley de la Seguridad Social solo es obligatoria para la mayor parte de la población con menos privilegios.

R. La fragmentación y segmentación es uno de los principales retos que tenemos. Por ejemplo, en el tema del Seguro Familiar de Salud, de tener un sistema contributivo, uno subsidiado, pero, por otro lado, un esquema voluntario, son de los principales desafíos que tenemos para la universalización y estandarización de los mecanismos del sistema.

Es algo que se va haciendo gradualmente, que tiene que irse construyendo a lo largo de los años.

-Y requerirá una gran voluntad política, imagino.

R. Y requerirá una gran voluntad política de todos los sectores de la sociedad.

-Los sectores privilegiados, me imagino, no tendrán mucha voluntad de cambiar.

Creo que si algo hemos aprendido es la importancia de la solidaridad. Tenemos que defender nuestro sistema democrático, y el Sistema de Seguridad Social es imprescindible para ver los beneficios de la democracia.

Entonces yo creo que ya hemos ido tomando conciencia de que la equidad es un elemento fundamental para la estabilidad social y política de la República Dominicana.

-¿Con cuál tasa de reemplazo se estima que se pensionarán los dominicanos?

R. Esa es una pregunta importante, porque la tasa de reemplazo depende fundamentalmente de cuáles son las características del historial laboral de un trabajador. Efectivamente no es lo mismo hablar de un trabajador que durante 30 a 35 años haya estado laborando todo el tiempo, sin interrupciones, que de un trabajador que durante varios años está fuera del mercado formal y fuera de las cotizaciones. Entonces, digamos que un trabajador que el 50% de su tiempo esté fuera del sistema formal, como hay muchos dominicanos y dominicanas, tendría una tasa de reemplazo por debajo del 30%.

Y justamente este tipo de situaciones es que queremos corregir, y ver mediante cuales mecanismos podemos promover que aún estos trabajadores que temporalmente salgan del sistema formal, puedan continuar cotizando. O que a través de un pilar solidario se pueda contribuir a sus pensiones, para que eventualmente cuando se retiren, lo hagan con un porcentaje de su último salario, que sea mucho más provechoso.

-¿Qué cosa pendiente queda?

R. Muchas cosas pendientes tenemos en el Sistema de la Seguridad Social. Lo primero es ver cómo, cunado las personas salgan de mercado formal, puedan seguir cotizando.

Como hacemos para que las personas de bajos ingresos puedan, a pesar de no tener un alto salario y por ende una alta cotización, que en el momento de su retiro puedan tener pensiones más dignas.

Son todos esos elementos que hay que contemplar. Fundamentalmente tendrá que estimarse el impacto que tendrá en las finanzas pública, si es un dinero que el Gobierno pondrá anualmente en el futuro, o también en el impacto en el esquema solidario.

Cuánto de nuestras pensiones debemos poner, o cuánto de nuestro salario debemos poner para financiar las pensiones de otras personas que tienen menos ingresos.

-Pasando al seguro familiar de salud, ¿qué vamos a hacer con el copago, con los cobros ilegales que hacen las prestadoras de servicios de salud?

R. Es un elemento fundamental. Lo primero es que el Gobierno ha eliminado el copago en los establecimientos públicos. Pero todavía queda un copago bastante alto en los servicios de salud privado. Lo primero es que tenemos que fortalecer el papel del Estado como fiscalizador...

-¿Ahí hablamos de la DIDA y de...?

R. Ahí hablamos de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales. De que tenga la capacidad suficiente para hacer valer los derechos de los afiliados, por encima de los intereses de los centros de salud.

-Es un tema muy cultural. Ningún cliente le dice no a su médico. Entonces, la relación de abuso se convierte en una relación privada.

R. Si, los sistemas de salud son de los sistemas más complejos, desde todo punto de vista. De hecho, está ampliamente estudiado en la literatura los efectos de la simetría de la información, porque el paciente no puede procesar toda la información clínica, y por eso confía mucho en un médico de años.

También, el hecho de la difícil comparación entre un sistema y otro, entre un médico y otro, y entre un establecimiento de salud y otro. Entonces, muchas veces se tiene como una especie de cautivo a los afiliados.

-Buena forma de llamarlo: los afiliados cautivos.

R. Si. De hecho, así está estudiado en la literatura, la capacidad de cautivar a las personas que tienen asimetría de información. Entonces, es algo que se ha analizado, cómo proveer información de modo que las personas puedan tomar mejores decisiones.

Pero fundamentalmente tenemos que fortalecer el rol de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales. Es un órgano del Estado fundamental para hacer valer los derechos de las personas, de los afiliados.

También el rol de rectoría del Ministerio de Salud Pública, que son de los elementos que están pendientes en la reforma.



Share:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Popular Posts

Archivo del blog

Recent Posts