Las vacaciones al exterior de los argentinos que pueden permitírselas se acaban de encarecer un 30% más con la aprobación de la nueva ley de solidaridad social del Gobierno de Alberto Fernández y, con el verano a la vuelta de la esquina, quienes se marchan tienen que adaptarse mientras hacen las maletas.
La ley que se publicó en el Boletín Oficial esta semana cuenta con un tributo que grava al 30% las compras en moneda extranjera, los pasajes de avión internacionales, así como la adquisición de divisas extranjeras, las cuales suelen usarse en los viajes al exterior y para ahorro, en un país donde la mayoría de la población guarda su dinero en dólares.
Este impuesto fue bautizado como “PAÍS” por el Gobierno, sigla que responde a “para una Argentina inclusiva y solidaria”, y tiene una vigencia de cinco años.
Argentina es el principal país emisor de turistas a República Dominicana desde América del Sur, al menos desde 2017, de acuerdo con las estadísticas del Banco Central dominicano.
Entre enero y noviembre de 2019, los diferentes destinos turísticos dominicanos fueron visitados por 175,647 argentinos, mientras que en 2018 la cifra fue de 221,850. En tanto que en el 2017 el país recibió 182,170 turistas de esa nacionalidad.
El presidente de la consultora Singerman & Makon, Pablo Singerman, explicó en una entrevista con Efe que es un impuesto que “cae mal” principalmente entre las clases medias que son las que más viajan, pero que viene motivado por una situación económica “extremadamente crítica”, ya que “no hay dólares” para cubrir la demanda de divisa extranjera de los argentinos.
Federico Freire es un joven afectado por el impuesto- suele viajar al exterior todos los años y piensa volver a hacerlo en unos seis meses- y considera que el impuesto hará que cueste “un poquito más” planear el viaje, dado que es “un gasto extra”.
“Tenemos que ser un poco más solidarios con el resto de las clases”, apostilló Freire en referencia a los argentinos con capacidad de viajar al exterior, ya que para él es el modo del que el país podrá “salir adelante”.
“Es una estafa”, opina por el contrario María Luján Nauri, una estudiante argentina, que subraya que “las clases medias” son siempre “las que pagan el pato” y que aseguró que no viajaría al extranjero en estos términos.
Ella precisamente experimentó en su bolsillo la última devaluación, cuando el pasado agosto se encontraba de viaje en Europa y el dólar se disparó por encima de los sesenta pesos. Entonces gastó “el triple de lo que tenía pensado” con su tarjeta.
Con el nuevo impuesto, conseguir un dólar en los canales oficiales pasó a costar prácticamente 82 pesos. El economista vaticinó de igual manera un impacto negativo en un primer momento para el turismo argentino en el exterior.
De este impuesto solo escapará en el sector aéreo la estatal Aerolíneas Argentinas, lo que provocó malestar en su competencia.
Entre enero y octubre de 2019, casi tres millones y medio de argentinos viajó fuera del país, un descenso del 12.1% respecto al mismo período de 2018, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
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