Hubo mucho de positivo a nivel de la banca, las finanzas y la economía en la República Dominicana que se produjo en el transcurso de este año que ya en pocos días culminará.
Aunque es de humanos ver el vaso medio vacío, hace bien enfocarnos también en lo mucho (o poco) que subió el nivel de agua y que nos acerca a ver el mismo vaso, medio lleno.
Parece que cerraremos el año con dos entidades bancarias menos que en el 2018. Específicamente, el sector de las corporaciones de crédito se contrajo, al ver a la minúscula corporación Preindesa ser absorbida por Alaver y a la también pequeña corporación Finanzar salir del mercado por liquidación.
De las 48 entidades de intermediación bancaria que nos restan, los resultados obtenidos para todo el año se ven muy positivos para el sector bancario formal.
Además de mantener un fuerte ritmo de crecimiento comercial, sobre todo a nivel de su cartera de crédito privada, la rentabilidad para los accionistas a noviembre (19.7%), es idéntica a la del 2018, como también se mantiene muy fuerte la solvencia bancaria (17.2%).
A pesar de muchos años de “boom” crediticio, la calidad de los préstamos bancarios sigue siendo espectacular. A noviembre, solo 1.6% de la cartera total mostraba alguna morosidad, un índice mejor incluso que el 1.7% del 2018.
La banca también resulta, en promedio, menos costosa en cuanto al margen de intermediación que cobra, pues ese índice se redujo de 8.6% de activos productivos en el 2018 a 8.3% en el 2019.
La masiva liberación de recursos del encaje legal autorizada por el Banco Central en mayo, y flexibilizada e impulsada en reiteradas ocasiones durante todo el año, fue fundamental para dinamizar la actividad bancaria que logró un aumento de RD$127,000 millones en nuevos préstamos a personas, hogares y empresas del sector privado.
Al 18 de diciembre, todavía sin terminar el año, el crédito privado estaba creciendo a un ritmo interanual de 12.0%, superior incluso al 10.8% que registró el año pasado, a pesar que durante aquel periodo la economía crecía a un ritmo mucho más vigoroso que el actual.
Gracias a los Valdesianos, y a la postura de política monetaria más flexible, vimos las tasas de interés mantenerse estables durante el año y algunas, muy pocas, caer para el deudor dominicano.
Por ejemplo, los préstamos hipotecarios, en promedio, costaron 50 puntos básicos menos que en el 2018, mientras que la tasa promedio ponderada también se redujo siete puntos básicos.
En varios de los índices de competitividad e infraestructura financiera, logramos también importantes avances a nivel de todo el sector financiero.
Se destaca, por ejemplo, el subir 15 escalones en el ranking del Microscopio Global de Inclusión Financiera del 2019, elaborado por la revista The Economist.
En la última década, todo el tema de la inclusión y la democratización y mayor acceso a los servicios financieros ha sido un elemento importante en la banca.
Por ejemplo, las transacciones con sub-agentes bancarios, que en definitiva lo que hacen es abaratar y masificar los servicios financieros, crecieron a un ritmo de más del 50% en el transcurso del año.
El Foro Económico Mundial, en su Índice de Competitividad Global del 2019 estableció que el sistema financiero se ubica en la posición 65 del ranking global, sobresale su estabilidad, al posicionarse en el número 25 del mundo.
La fortaleza patrimonial de la banca dominicana es fundamental para la sostenibilidad macroeconómica del país y ciertamente que es un importante logro, no solamente para el sector, sino para toda la población dominicana.
En otros ámbitos de las finanzas, fue también una gran realización institucional, luego de la nueva Ley de Prevención de Lavado de Activos y el superar las pruebas del GAFILAT, el que el país haya sido readmitido en el Grupo Egmont, una red de intercambio de información e inteligencia financiera a nivel global.
Pienso que tanto los logros con GAFILAT como con Egmont, a nivel institucional y estructural, marcan un antes y un después para el mercado bancario dominicano en un contexto global de acceso a los sistemas de pago y de crédito cada vez más competitivo y difícil.
No puedo dejar de mencionar la estabilización institucional y financiera lograda por la nueva gestión del Bandex, el Banco Nacional de la Exportaciones (anterior BNVFP), que durante la presente gestión ha logrado capitalizarse y fortalecerse a lo interno, aunque mantengo la opinión de que debería, al final de cuentas, integrarse al coloso público Reservas.
Uno quisiera, finalmente, celebrar el memorandum firmado entre el Banco Central y el Ministerio de Hacienda en lo concerniente a la “ coordinación interinstitucional para la nueva Ley de Recapitalización”. Sin embargo, cierra el año y todavía no ha sido conocido el marco de la nueva ley, recordemos que la anterior hace ya dos años que caducó, con resultados decepcionantes.
Fascina ver los esfuerzos de responsabilidad social corporativa de nuestra banca. Entre ellos, los esfuerzos de instituciones como la APAP, el Banreservas y otros, para adecuar su red de cajeros automáticos para que las personas con discapacidad puedan hacer transacciones.
El Banco Popular Dominicano se enfocó en aunar todos sus esfuerzos de responsabilidad social corporativa bajo la sombrilla de los “Principios de Banca Responsable de la ONU”, mientras que el BHD León fortaleció su campaña social “Los valores nos mueven adelante” además de su ya modelo política de género.
Con la disciplina y la constancia de las hormigas, los participantes del mercado de valores y su Superintendencia avanzaron también durante el 2019 de forma extraordinaria. Solamente la cantidad de reglamentos y normas, propias a la nueva Ley del Mercado de Valores del 2018, que han sido elaboradas, consensuadas y promulgadas habla bien de ese trabajo.
No podemos, por supuesto, dejar de mencionar también la emisión de valores del fideicomiso accionario de la Pasteurizadora Rica que marca un antes y un después en el mercado, en cuanto a la captación, aunque sea de forma indirecta por vía del fideicomiso, de recursos patrimoniales por empresas industriales.
Luego de un arduo esfuerzo, también de años, el equipo de la Titularizadora Dominicana (Tidom), logró las aprobaciones de lugar de las calificadoras, las superintendencias y la DGII para una primera oferta de valores titularizados, también un hito histórico en el país.
La puesta en marcha de Punta Catalina, de flotillas de vehículos eléctricos, la subasta de exploración de hidrocarburos en nuestras costas y la inauguración del gasoducto del Este y la eventual conversión de las plantas de ese entorno a gas son, también, buenas noticias del 2019.
Apostamos, eso sí, a un 2020 de cambios y renovaciones y de aun mejores noticias para todos los dominicanos.
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