La generación de residuos sólidos en la República Dominicana representa una de las problemáticas más apremiantes en materia de gestión medioambiental: se estima que cada persona produce alrededor de 1.20 kilos de basura diariamente.
El desconocimiento de la población sobre cómo clasificar correctamente los residuos que generan hace que solo en Maimón, un municipio turístico en el que viven 8,053 habitantes en la provincia de Puerto Plata, el vertedero a cielo abierto de la comunidad sea el repositorio final de, como mínimo, 9,663 kilogramos diarios –unas 9.66 toneladas– de restos de comida, cartones, papeles, vidrios y plásticos de un solo uso.
Sin embargo, tanto las personas como los comerciantes que viven allí han mostrado interés por reducir la cantidad de materiales contaminantes que producen, debido al nivel de conexión de la comunidad con el entorno natural que les rodea, aseguró Fernando Ramírez, miembro fundador de la organización sin fines de lucro, Héroes del Medioambiente.
“La ciudadanía de Maimón tiene claro que si se le pela la montaña que está acá al lado, no tienen agua abajo”, manifestó Ramírez, cuya organización está aliada al puerto turístico de Amber Cove en la ejecución del proyecto Maimón Basura cero, que busca aprovechar la iniciativa de los comunitarios para el desarrollo conjunto de herramientas que les permita reducir estos residuos.
El programa, que está en marcha desde julio pasado, tiene por objetivo que, en un plazo de dos años, se quede instaurado un modelo de gestión de los residuos sólidos para, eventualmente, convertir al municipio en la primera comunidad cero foam del país, enfatizó la directora ejecutiva de Héroes del Medioambiente, Renata Lordello.
Las fases
Actualmente, Maimón Basura Cero agota una primera fase de sensibilización de los líderes comunitarios, los comerciantes y el ayuntamiento, actores clave para su ejecución.
Esto requiere de jornadas de capacitación a los comunitarios, para que conozcan qué son los microplásticos, su impacto en el recurso agua y cómo afectan la vida diaria, sobre todo a la salud de los seres humanos.
Estas capacitaciones también busca que los comunitarios conozcan cuánta basura producen diariamente en sus casas y cómo aprender a clasificarlas, a través de ejercicios en grupo en el que cada persona lleva la basura que ha acumulado, la pesa y comienza a separarla.
“Los maimoneros han sido súper receptivos. Al final no es complicado separar la basura. Hay mucho en tener voluntad y querer hacer las cosas bien”, remarcó la gerente del puerto de Amber Cove, Sharon Mei.
Con estos ejercicios, se pretende hacer un diagnóstico de la cantidad de basura que se produce en toda la comunidad para dar pie al diseño de un plan de acción, que incluirá estrategias que reduzcan el tipo de residuos sólidos que más se producen.
El plan de acción busca incluir conceptos de economía circular, como la producción de abono y compostaje a través de los desechos orgánicos, así como el reciclaje de plásticos para la creación de nuevos productos, como la madera plástica, que podría ser utilizada en el sector construcción.
Una vez clasificados los residuos y generado el plan de acción, se podría evaluar los volúmenes de basura que produce la comunidad para la contratación de una empresa que recicle todos estos residuos, evitando así que lleguen al vertedero. “Si no empiezas clasificando, no hay cadena de valor posible”, agregó Ramírez.
Impactar el mercado
El puerto turístico de Amber Cove es uno de los principales empleadores de la comunidad, ya que el 70 % de quienes laboran allí residen en Maimón.
La compañía que administra este puerto, Carnival Corporation, ejecuta un plan medioambiental que incluye la gestión del agua y la clasificación de los residuos bajo estándares internacionales rigurosos que se aplican tanto a los puertos, como a los cruceros, observó Mei.
Desde junio del 2023 hasta septiembre de este año, la corporación ha desviado alrededor de 97 toneladas del vertedero municipal, reciclando materiales como plásticos, latas, cartón, vidrio y residuos orgánicos.
“Estamos evitando que la basura de nosotros vaya al vertedero en casi un 50 %”, puntualizó Mei, quien agregó que la compañía clasifica sus residuos y los entrega a Eco Atlántico, una compañía que les da acopio, para luego procesarlos.
El involucramiento de los empleados en esta gestión de residuos dentro del puerto facilita que ellos trasladen este conocimiento a sus hogares y que, con el apoyo del programa, se tornen en “reproductores del mensaje”.
A medida que se desarrolla el proyecto, el puerto espera incidir en el mercado local a través de la exigencia del uso de empaques más amigables con el medioambiente a las múltiples empresas que subcontrata dentro del municipio.
Esta estrategia le permitiría al puerto incidir sobre el mercado y lograr que el comercio reduzca, gradualmente, su dependencia al uso de plásticos de un solo uso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario