“No debemos prescindir en ningún caso de los incentivos fiscales, son la esencia de las zonas francas”

El 13 de enero pasado, Diario Libre realizó una entrevista a Gustavo González, presidente de la Asociación de Zonas Franca de las Américas (AZFA), y director en la Junta Directiva de la World Free Zones Organization (WFZO).

En su visita a este medio estuvo acompañado de Daniel Liranzo, subdirector ejecutivo del Consejo Nacional de Zonas Francas (CNZF); y José Manuel Torres, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (ADOZONA).

En esta primera entrega se abordan los cambios transformadores que ese sector ha experimentado en República Dominicana, desde la caída de las maquiladoras textiles como resultado del fin de los Acuerdos de Multifibras, en enero de 2005, lo que provocó una fuerte disminución en el empleo en el sector textil.

Sin embargo, desde el 2009 éstas empresas exhiben señales de recuperación, según el informe del Banco Mundial titulado “Zonas Francas en República Dominicana; Consideraciones de política para un sector más competitivo e incluyente” (2017), al sector reorientarse hacia las actividades con mayor valor agregados como son los equipos quirúrgicos, los químicos y plásticos, y el calzado, que “han surgido recientemente como los nuevos motores del dinamismo exportador de las zonas francas”.

Sin embargo, según el informe del Banco Mundial, para la fecha de su publicación, las ganancias asociadas a la generación de mayor valor agregado en la República Dominicana “no se correlacionan con el desarrollo de mayores encadenamientos con empresas domésticas fuera de las Zonas Francas”.

Sobre estos temas se dialoga con Gustavo González, en esta primera entrega de la entrevista.

-¿Cuál es el motivo de su visita a República Dominicana? Imaginamos que hay una actividad muy significativa por ahí.

El motivo principal es reunirnos nuevamente como hacemos cada seis meses, siempre tenemos algunos encuentros con la Asociación Dominicana de las Zonas Francas (ADOZONA) y con el Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE), bien en República Dominicana o bien en cualquier otro de los países donde nos vamos a encontrar. Porque República Dominicana tiene una presencia muy activa en todas las asociaciones de zonas francas a nivel global.

Tenemos la vicepresidencia de la Asociación de Zonas Francas de las Américas (AZFA), que se ejerce desde República Dominicana, con Claudia Pellerano (presidente de la Zona Franca Industrial de Las Américas).

Tengo presencia en la Junta Directiva del Consejo Nacional de Zonas Francas. A nivel mundial, en la Asociación Mundial de las Zonas Francas, tenemos a José Tomás Contreras como miembro de la Junta Directiva de esa asociación mundial.

Por tanto, República Dominicana está representada en todos los gremios de las zonas francas globales y eso es lo que nos permite la oportunidad de estar permanente trabajando juntos, y buscando nuevas oportunidades de negocios.

-¿Cuáles son las perspectivas de las zonas en mundo en el futuro? Hay retos significativos en el futuro cercano, en el ámbito de la tecnología, de la cuarta revolución industrial. ¿Cuáles aportes podrían hacer?

En primer lugar, el hecho de estar en República Dominicana, como presidente, es precisamente porque el país se ha convertido en un referente para toda la región. Un referente en varios puntos que son la receta del éxito en República Dominicana, que es en primer lugar esa diversificación que se ha conseguido de la economía a través de las zonas francas, tal como usted comentaba.

Después de la finalización del Acuerdo Multifibra, ocurre que las zonas francas vieron la oportunidad para que diferentes sectores se introdujeran en el país, y para que ahora se haya pasado, en tan sólo 10 años, de liderar el sector textil a haber pasado que sean, por ejemplo, los dispositivos médicos y farmacéutico lo que están liderando las exportaciones. Esto es un magnífico ejemplo de como las zonas francas han permitido esta diversificación económica.

Y todo de ello, de la mano de algo que hemos presentado como caso de éxitos regionales y mundiales, que es la excelente relación público y privada que se da aquí en República Dominicana.

Es un caso de éxito que queremos replicar en otros países, porque el Consejo Nacional de Zonas Francas, el compromiso del gobierno con ADOZONA con las entidades privadas, es la verdadera clave del éxito.

Por otro lado, un aspecto importantísimo es la estabilidad jurídica. Siempre decimos que es el mejor incentivo de una zona franca. No hay beneficio fiscal que pueda ser positivo si no hay una garantía de estabilidad en el tiempo, como si ha sido en República Dominicana.

Otro aspecto destacado es que desde los 90 se han mantenido, y se han introducido sucesivas prórrogas, iniciativas para que las empresas que han elegidos a República Dominicana para desarrollarse económicamente tengan una garantía de que las reglas de juego se mantengan. Es esencial para mantener la inversión anclada en este país. Porque, además, estamos hablando de un contexto global con más de 5,500 zonas francas en el mundo, de las cuales 1,500 se quedaron en los últimos 5 años.

Por tanto, en esta economía global, en el que la competencia la tenemos es global, pero también regional, es importantísimo dar esa garantía de incentivos que sean lo más atractivo posible, pero sobre todo manteniendo esa estabilidad.

-Usted ha mencionado los incentivos fiscales, lo que ha sido un aporte para el desarrollo de las zonas francas. Sin embargo, también menciona la estabilidad en cuanto al régimen y en cuanto a la aplicación de la ley. Y la relación que hay entre lo público y lo privado. Eso es cierto. Pero en ese contexto, y en el futuro, ¿qué ponderación tendrían los incentivos fiscales o habrá un momento en que deban ser descontado? Porque el país tiene otras ventajas significativas. Por ejemplo, los accesos a los mercados, y una experiencia desarrollada en cuanto a las zonas francas, además de manos de obras competitivas para los sectores empresariales.

De entrada, creo que, en las zonas francas en general en todas nuestras regiones, y aquí en República Dominicana, no debemos prescindir en ningún caso de los incentivos fiscales, son nuestra razón de ser, son la esencia de las zonas francas. Y realmente el atractivo principal.

Y, sobre todo, señalar que, sobre ese debate que siempre se produce, entre un ministerio de finanzas, señalando esos impuestos que se dejan de cobrar, esas exoneraciones que se producen a las empresas, que es importantísimo destacar que las empresas que están en zonas francas revierten en el país mucha más economía de la que se cobraría a través de impuestos.

En estos casos encontramos una proporción de que, por cada dólar exonerado en incentivos fiscales a las empresas de zonas francas, estas devuelven al país 10 dólares. Multiplica por 10 el desarrollo económico, la reversión económica que se produce, que no es solo directa, sino también indirecta.

Estos es uno de los elementos principales, debemos tener un parámetro importantísimo en cuenta, que es: Sin incentivos fiscales, ¿esas empresas habrían venido al país?... Porque cuando se dice: “es que estamos dejando de cobrar tanto por exoneraciones fiscales”, es que a lo mejor no se cobraría nada, porque sin esos incentivos no habrían venido esas empresas, siquiera.

Creo que es importante destacar siempre como las empresas devuelven al país mucha más económica que esos incentivos fiscales que reciben.

Y no obstante, respondiendo a la cuestión que usted señalaba sobre si manteniendo los incentivos, las zonas francas globalmente y aquí en República Dominicana deben actualizarse conforme a la economía 4.0, a la Revolución Industrial 4.0, en la que ciertamente es el talento humano, la economía digital y los servicios que se desenvuelven en la economía digital, los que están desarrollando muchos nichos de oportunidades de negocios.

Por ahí van a ir muchas de las oportunidades económicas del futuro. Y es por eso que también las zonas francas deben preocuparse, para que desarrollen e incentiven el talento humano.

Las capacidades, calificaciones técnicas del personal, que además tiene una incidencia directa en la sociedad dominicana, para que en la medida en que se adquiere una mayor formación, también se incrementen los sueldos.

En ese sentido, comentábamos antes con ADOZONA lo importante que ha sido la colaboración pública privada con INFOTEP, y también con las academias, para que desarrollen formaciones específicas en materia de zonas francas. O para aquellos sectores que se están desarrollando.

Eso que estamos señalando en todos los países y República Dominicana impulsan el motor de la triple élice. Administración Pública, Gobierno, empresas, sector privado, que es quien tiene que asesorar sobre cuales sectores u oportunidades van a surgir y cuáles demanda de empleos necesitan.

-Retomando lo de los incentivos impositivos a las zonas francas, ¿existe un límite en el futuro que impondría la Organización Mundial del Comercio?

Un límite especifico a los incentivos que se dan, tal como están ahora, no lo hay. Ya que todos están cumpliendo las directrices de la OMC.

Lo que si hubo en su momento fue que la OMC atacó aquellos incentivos que eran específicamente, y solo, para exportaciones. Pero la verdad es que ya toda la región le ha estado dando cumplimiento a esas normativas, y ahora mismo lo que está promocionando la OMC es el acuerdo de la facilitación de comercio de Bali, en lo que precisamente las zonas francas son eslabones en los cuales se desarrollan incentivos para la promoción del comercio exterior, con aranceles IVA cero. Y son precisamente las plataformas que mejores están intentando facilitar ese comercio global.

-Las zonas francas han tenido un salto cualitativo, desde las maquiladoras y hasta ahora. Antes solo trabajaban buenos mecanógrafos o buenas costureras. Ahora hay mayor valor agregado, pero persiste el escaso encadenamiento productivo con otros sectores de la economía. Y por eso, cuando vemos las exportaciones de las zonas francas y las comparamos con sus importaciones, vemos que solo alrededor del 38% de la divisa es la que se queda en el país. ¿Cómo evolucionaría eso en el futuro?

En otros países también estamos desarrollando proyectos de interacción de cadenas globales internas del país. Es importante intentar fomentar que las empresas que están dentro de las zonas francas no actúen como una isla, aislada del resto del territorio nacional, sino que también colaboren con las empresas del tejido empresarial dominicano, en determinados servicios o distribución de bienes, que incentiven también toda la economía, no solo a las zonas francas.

Y ahora que ya se ha conseguido que empresas de zonas francas ultimen el producto hasta su último elemento de las fases productivas, ahora que también se incorpore la actividad logística para que la distribución se realice ya directamente desde las zonas francas dominicana.

Entonces, yo creo que en esa doble labor en la que se está trabajando intensamente es una oportunidad de que República Dominicana no sea, únicamente, un punto donde se desarrolla un elemento o fase productiva, sino que haya una ultimación del producto y desde aquí distribuirlo globalmente.

-O sea, ¿qué desde el principio hasta el fin se desarrolle el producto?

Si, como entiendo que se produce en algunos sectores como pueden ser los dispositivos médicos, en los que ya se ultiman aquí. Y entonces, ¿por qué ya no incorporarlo en toda la cadena?

¿Eso incrementaría significativamente el encadenamiento productivo local?

Si, el encadenamiento local. Porque al fin y al cabo eso también se ha dado en otros países.

-¿Cuáles son las mejores experiencias en otros países, sobre la vinculación de las zonas francas con la economía domésticas?

Tenemos casos en los que ha habido países... Costa Rica, Colombia, en los que algunas empresas de las zonas francas, que estaban importando desde terceros países, y con todo lo que suponía en tiempo, logística y costos, dedicaron parte de su inversión a formar y transferir tecnología hacia empresas del tejido empresarial local, para poder tener ese suministro cercano.

Entonces, el que ciertas empresas destinen parte de sus recursos o beneficios a desarrollar tecnológicamente a otras empresas y para que ese subproducto que necesitan se produzca en el país, es un caso de éxito muy positivo.

Además, una empresa de zonas francas se ve beneficiada en la medida en que se acortan los tiempos, se acorta la logística, y tiene de la mano seguir en contacto con esas empresas suministradoras



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