Crece la movilidad eléctrica, pero no al ritmo esperado

El contacto con la movilidad eléctrica es cada vez más común en las principales urbes del país. Con frecuencia se observan en las calles autos eléctricos y estaciones de cargas en plazas comerciales y empresas, ignorando que este mercado se enfrenta a grandes desafíos.

Aunque el parque vehicular eléctrico ha crecido considerablemente en los últimos años, aún está lejos de cumplir con los objetivos estatales para el sector. El Plan Estratégico Nacional de Movilidad Eléctrica traza para 2030 el ambicioso objetivo de que en el país circulen al menos 606,000 vehículos eléctricos, pero la realidad está lejos de la meta.

Al cierre del 2023, cuando faltaban siete años para la meta, la República Dominicana poseía unas 17,542 unidades de vehículos eléctricos, de acuerdo con los registros de importación de la Dirección General de Aduanas.

Según expertos en la materia, la realidad que detiene a la movilidad eléctrica es la falta de conocimiento de la población sobre esta alternativa de transporte y el alto costo de adquisición que representa para los conductores.

Edwin Martínez, presidente de la Asociación Dominicana de Movilidad Eléctrica (Asomoedo), resalta que, aunque hay cuestiones a nivel estatal que se pueden mejorar para favorecer la masificación de las propuestas de movilidad sostenible, la principal brecha que se debe superar es la falta de información.

“Son tantas virtudes y bondades que hay detrás de eso (la movilidad eléctrica) que, vuelvo a reiterar: el obstáculo más grande está en la decisión del consumidor”, indica.

Oscar San Martín, gerente general de la empresa de transporte Evergo Holdings, dice a Diario Libre que los costos siguen siendo un problema para los consumidores finales.

“Aunque están entrando al mercado marcas más asequibles y competitivas, los modelos más reconocidos y confiables siguen teniendo un precio significativamente más alto que los vehículos de combustión, lo que continúa siendo una barrera para muchos potenciales compradores”, afirma.

Explica que, a pesar de que la Ley 103-13 ofrece una reducción del 50 % en los impuestos de importación y la primera placa para vehículos eléctricos, los tributos de venta y otros costos asociados a este proceso siguen siendo elevados, lo que limita el beneficio real para el comprador.

Un sedán eléctrico de 2017, nuevo, de cuatro cilindros y con una velocidad máxima de 178 kilómetros por hora, puede costar 1,008,900 pesos en el mercado local; en cambio, un carro de combustión con esas mismas condiciones costaría alrededor de 745,000 pesos.

Una yipeta eléctrica, del 2024, de motor dual, con una potencia de 230 y autonomía de 440 kilómetros por hora, ronda los 4,012,000 pesos, mientras que su homólogo de combustión (de la misma marca y especificaciones parecidas) tiene un valor de 3,121,100 pesos.

Un hatchback eléctrico, de 2017, con un motor de 650 centímetros cúbicos, puede representar una inversión de 1,534,000 pesos. Sin embargo, una yipeta subcompacta del mismo año y de la misma automotriz se acerca a los 630,000 pesos.

Las metas nacionales

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Infografía
Los vehículos eléctricos de carga ligera se posicionan en el mercado del transporte como una alternativa rentable y eficiente. (MATÍAS BONCOSKY)

El Plan Estratégico Nacional de Movilidad Eléctrica establece una serie de metas para impulsar al sector y que se reduzca la dependencia de vehículos de combustión.

Estos propósitos están agrupados en cuatro ejes que concentran las aspiraciones de ordenamiento jurídico que rigen la materia y las acciones para promover la adopción del parque vehicular eléctrico y atraer inversiones en la infraestructura de carga.

En el caso de penetración de estos vehículos en el mercado, el plan se despliega en dos ambiciosas fases claves con objetivos en los próximos seis y 26 años.

Para 2030, las metas incluyen que:

? El 30 % de la flota de vehículos de uso oficial, (automóviles, camionetas y motocicletas) sea eléctrica. Esto se traduce en la incorporación de 60,000 vehículos de cuatro ruedas y 145,000 motocicletas eléctricas en este sector.

? El 10 % del parque vehicular del sector privado esté compuesto por vehículos eléctricos, lo que implicaría la integración de 180,000 unidades.

? El 5 % del parque nacional de motocicletas (167,000 unidades) sea eléctrico.

? El 30 % de los autobuses públicos sea eléctrico, lo que equivaldría a 37,000 unidades.

Para respaldar esta transición, se planea la creación de una infraestructura de carga robusta, con 14,000 estaciones de carga distribuidas por todo el país.

De cara al 2050, se espera que el 100 % de las flotas de vehículos de uso oficial sea eléctrico y el 70 % en el sector privado, sumando un total de 2.5 millones de vehículos.

Asimismo, se busca que sea el 35 % de las motocicletas, lo que representa unas 2.5 millones de unidades. También, que el transporte público cuente con una flotilla de autobuses 100 % eléctrica, alcanzando los 208,000.

Para soportar esta vasta flota eléctrica, la infraestructura de carga se debería ampliar significativamente hasta alcanzar las 150,000 estaciones de carga.

¿Qué tan factible es comprar un vehículo eléctrico?

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Infografía
Las estaciones de carga son cada vez más usadas en centros comerciales y edificios. (ARCHIVO)

A pesar de los costos, de acuerdo con investigaciones, la inversión de optar por vehículos eléctricos es más rentable en el tiempo.

Según el estudio Costo total de propiedad de vehículos eléctricos y de gasolina en ciudades de Estados Unidos, de la Universidad de Michigan, a pesar de su mayor costo inicial, estos devienen más económicos a largo plazo en comparación con los vehículos de gasolina.

Los resultados mostraron que los vehículos eléctricos son más competitivos en costos en la mayoría de los casos y los costos de operación se reducen hasta en 26,000 dólares a lo largo de su vida útil.

La Asomoedo considera que se debe seguir visibilizando la importancia de la movilidad eléctrica y educando a los consumidores finales para lograr que se venzan los sesgos o temores relacionados a este tema.

San Martín y Martínez coinciden en que el futuro de la movilidad eléctrica en el país es prometedor, con la expansión de la infraestructura de carga y la colaboración entre el sector privado y el público, para impulsar la innovación y mejorar la competitividad del mercado.



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