Representante comercial de Chile resalta importancia del sector silvoagropecuario

La apertura comercial de Chile y la gran cantidad de acuerdos de comercio vigentes, han sido un motor de desarrollo relevante para el crecimiento del sector silvoagropecuario, a través de la facilitación de comercio, y mejoras de acceso a mercados y promoción, convirtiéndolo en un pilar para el desarrollo económico del país.

El sector silvoagropecuario ha tenido un importante crecimiento en las últimas décadas, reportando un incremento promedio de 2.6 % en los últimos cuatro años, llegando a representar el año 2019, el 2.8% del PIB nacional (Odepa, 2021).

Liz Rivas de Ginebra, representante comercial de la Oficina Comercial de Chile en República Dominicana, informó que el país suramericano ha experimentado un desarrollo relevante que produce en diferentes sectores, conectando proveedores para el sector silvoagropecuario con República Dominicana y el Caribe.

En este sentido dijo que el sector frutícola tiene la mayor participación, representando el 33 % del PIB Silvoagropecuario, seguido de los cultivos anuales y hortalizas, con 22 %, y ganadería y forestal, con 19 % cada uno. Las actividades de apoyo al agro alcanzaron el 7 % (Odepa, 2019). Sin embargo, al considerar el PIB ampliado, es decir, incluyendo el subsector manufacturero agropecuario (frutas, vinos y carnes), toda la cadena de valor alcanzó al 14,5% del PIB para el año 2015.

Rivas destaca que el valor de las exportaciones del sector de EPAA, estimado en función de las empresas registradas en la base de datos, alcanzó los 699 millones de dólares en el año 2020, siendo el sector semillas el más importante con el 50 % de los envíos. Este sector es el de mayor consolidación, pues Chile se ha posicionado como un excelente multiplicador de semillas de contra estación, siendo los principales mercados de destino Estados Unidos, y países europeos.

En segundo lugar están los insumos agrícolas y los pecuarios, que también tenían como principal mercado Estados Unidos, y luego países latinoamericanos, como Perú, Brasil, Argentina, Bolivia y México.

Entre los principales proveedores de la etapa inicial en la cadena productiva se encuentran las semillas, viveros y los sistemas de riego. A diferencia de otras empresas, éstas participan sólo en esta etapa de la cadena de valor, y son determinantes en la productividad de la actividad.

“Para el caso específico de las semillas, el nicho que más se ha desarrollado a nivel internacional tiene relación con la prestación de servicios de multiplicación de éstas. Así, el 80% del sector se concentra en el servicio de multiplicación de semillas, mientras que el 20 % restante es producción nacional. El principal factor que limita la exportación de semillas como producto final, tiene que ver con la propiedad intelectual de la genética”, sostuvo Rivas.

Mientras que en el caso de los viveros, este sector también está representado por un gremio activo y participativo, que concentra especies frutales, hortalizas y ornamentales. Representa el 90% de la comercialización nacional y el 99% de las exportaciones del sector.

En el año 2011, Chile ocupaba el lugar 44 como país exportador, avanzando al puesto 24 en el año 2019, con un valor de exportación de 36 millones de USD, mostrando un gran avance en menos de 10 años.



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