De no ser por las remesas que envían los dominicanos al país, la pobreza en la República Dominicana afectaría a 27.2 % de la población, en lugar de a 25 %. La revelación está contenida en el más reciente informe “Panorama Social de América Latina 2019” publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Y esos envíos de dinero frenan de tal manera un destino seguro hacia una mayor exclusión social en algunos hogares, que cuando la Cepal hizo el ejercicio de medir la ausencia de las remesas exclusivamente sobre las familias que las reciben —sin tomar en cuenta al resto de los hogares dominicanos— estimó que la tasa de pobreza entre esos núcleos familiares se duplicaría, y estaría en 61 %. Esto quiere decir que seis de cada 10 hogares que reciben remesas serían pobres si no recibieran la ayuda económica de sus familiares que viven en el extranjero.
“En dos de los cinco países donde la pobreza se redujo fuertemente (República Dominicana y El Salvador), el aumento de los ingresos por transferencias se debió en su totalidad al incremento de las remesas”, dijo la Cepal.
El reporte no solo revela la gran incidencia de las remesas familiares sobre el país, sino que existe una diferencia importante entre las estimaciones de exclusión social que hace el gobierno dominicano y la que hace el organismo regional. Mientras el gobierno situaba la tasa de pobreza extrema en 2.9 % al cierre del año pasado, la Cepal calcula que la misma se ubicaba en 5 % en 2018. En cuanto a la pobreza general, la diferencia entre las estimaciones de uno y otro es más similar: de 22 % que calcula la Cepal a 22.8 % que estima el gobierno dominicano.
El organismo regional destacó en el reporte “Panorama Social de América Latina 2019” que las naciones que evidenciaron las mejoras más importantes en la reducción de la pobreza entre los años 2014 y 2018 fueron República Dominicana, El Salvador, Chile y Panamá. En el país un factor adicional, aunque de mucho menor peso, que tuvo un impacto sobre la disminución de la exclusión social fue la mejora de los ingresos laborales, de un 4 % entre 2014 y 2018.
La Cepal calcula que para cerrar la brecha de pobreza en el país se requiere de 12 % de los ingresos tributarios que recibe el país, y que para erradicar solo la pobreza extrema se necesita de 2.3 % de los ingresos tributarios.
Precisamente allí está una de las debilidades planteadas por la Cepal: el gasto social del gobierno dominicano es menor al promedio registrado en la región comprendida entre Centroamérica, México y República Dominicana, que ya es el más bajo de América Latina y el Caribe. Mientras en ese eje geográfico se destina un 9.1 % del Producto Interno Bruto (PIB) al gasto social, en República Dominicana el gasto representa 8 % del PIB. El organismo regional indica que para cerrar la brecha se requeriría 1.7 % del PIB adicional.
Cuando la Cepal calcula el gasto social per cápita, el monto resultante es de 604 dólares promedio por persona, lo que contrasta con otras áreas latinoamericanas, como América del Sur, donde el gasto social per cápita fue el doble que el del República Dominicana, unos 1,254 dólares.
En lo que sí República Dominicana está por encima del promedio regional es en el gasto en educación. “En el caso del gasto en educación, el promedio observado en el grupo formado por los países de Centroamérica, México y la República Dominicana es alrededor de medio punto porcentual del PIB más alto que el promedio de los países de América del Sur, con valores medios del 4.3% y el 3.8% del PIB, respectivamente, en 2017, y el 4.2% y el 3.8% del PIB, respectivamente, en 2018”, indica el reporte.
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