La economía mundial, que sigue afectada por las tensiones comerciales, el Brexit y el freno de China, no debería recuperarse ni en 2020 ni en 2021, una situación que podría prolongarse, advirtió este jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en sus previsiones.
Contrariamente a lo que preveía en septiembre, OCDE, con sede en París, indicó este jueves que el crecimiento de la economía mundial debería situarse en 2.9% este año y el que viene y en 2021 el crecimiento debería alcanzar un 3%.
“Estamos en un periodo preocupante. Y los responsables políticos deberían estar preocupados”, dijo la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, en una rueda de prensa en París.
“Estas tasas de crecimiento son las más bajas desde la crisis financiera”, indicó Boone, que advierte del “riesgo de estancamiento a largo plazo”.
Este fenómeno se explica no tanto por las crisis cíclicas sino por “cambios estructurales” que los gobiernos no supieron anticipar, indica la OCDE en su informe de perspectivas económicas mundiales hasta 2021.
La organización cita entre otros la digitalización de la economía, el cambio climático y un nuevo orden geopolítico y comercial desde el final de los año 1990, caracterizado por el refuerzo de las barreras comerciales.
“A falta de una política clara en estas cuestiones, la incertidumbre continuará pesabdo y penalizará las perspectivas de crecimiento”, dijo la economista jefe.
A esto se añade la transformación de la economía china, que dejó de estar centrada en las exportaciones de bienes manufacturados a favor del consumo interno, un cambio que hará que contribuya menos al crecimiento del comercio mundial.
“Sería un error político considerar estos cambios como factores temporales que pueden ser tratados por la política monetaria o fiscal, son estructurales”, insiste la OCDE, que reconoce la labor de los bancos centrales en los últimos años para apoyar la economía, en particular con tasas de interés bajas.
“Hay muchas cosas que los gobiernos pueden hacer (...) y es el momento”, afirma Laurence Boone.
Igual que otras organizaciones internacionales, la OCDE advierte desde hace meses del “desequilibrio” entre las políticas monetarias y presupuestarias, y pide a los estados que apliquen medidas “incitativas” para favorecer la inversión aprovechando los bajos tipos de interés.
Una posibilidad sería crear fondos nacionales de inversión, apunta la OCDE, como el de 50.000 millones de euros que quiere crear Holanda a partir de 2020.
La organización también pide a los países que resuelvan sus conflictos comerciales. En este sentido el conflicto entre Estados Unidos y China debería reducir en 0,3 o 0,4 puntos el crecimiento mundial en 2020 y entre 0.2 y 0.3 puntos en 2021.
Por países, la ralentización económica se acentuará en Estados Unidos, con un crecimiento del 2.3% este año (-0.1 punto en relación a las previsiones de septiembre) y luego del 2% en 2020 y 2021, según el informe de la OCD.
En la zona euro se añaden las dificultades del Brexit, que llevará a Alemania a frenar su crecimiento este año (0,6%) y el que viene (0.4%) antes de recuperarse en 2021 (0.9%).
Para España la OCDE prevé un crecimiento del 2% en 2019 y del 1.6% en 2020, una revisión a la baja con respecto a los datos anteriores.
China debería por su parte crecer un poco más de lo esperado este año, un 6.2% (+0.1 punto) y luego un 5.7% en 2020 y un 5.5% en 2021.
Entre los países emergentes, la situación seguirá siendo crítica en Argentina, con una caída de su Producto Interior Bruto (PIB) del -3% este año (-0.3 puntos en relación a las últimas previsiones).
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