Estados Unidos celebra este jueves una jornada de Acción de Gracias más “normal” que la del año pasado, en que millones de personas se reencontrarán con sus familias para compartir una copiosa cena que, sin embargo, será mucho más cara que en ocasiones anteriores a causa de la elevada inflación.
Pese a un aumento de los contagios de COVID-19 registrado durante las últimas semanas, a diferencia de lo que ocurrió en 2020, este año la mayoría de los estadounidenses sí están viajando largas distancias para reunirse con la familia y amigos.
Así los demuestran los datos publicados por la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), según los cuales EE.UU. registró entre el jueves de la semana pasada y ayer la semana de mayor tráfico aéreo desde que se declaró la pandemia de COVID-19 en marzo del año pasado.
Ayer, justo un día antes de Acción de Gracias, 2,31 millones de personas pasaron por los controles de seguridad de los aeropuertos del país, una cifra que representa el 88 % del tráfico aéreo registrado en la misma jornada de 2019.
Según la TSA, el día en que se espera el mayor flujo de pasajeros es el próximo domingo, cuando alrededor de 2,4 millones de personas tomarán un avión para regresar a sus casas después de pasar las fiestas con la familia o amigos.
El repunte de los viajes (tanto en avión como por carretera) se da en un momento en que los contagios de COVID-19 están volviendo a subir, pero el Gobierno estadounidense que dirige el demócrata Joe Biden ha descartado nuevos confinamientos o cierres de las actividades económicas como en Europa.
De acuerdo con los datos de la Universidad Johns Hopkins, EE.UU., el país más afectado por el coronavirus en el mundo, registra más de 47,8 millones de casos desde el inicio de la pandemia y más de 772,000 fallecidos.
Además de la pandemia, la elevada inflación es la otra preocupación que los estadounidenses enfrentan en estos días festivos, en que según la Federación de la Oficina Agrícola Estadounidense, la cena de Acción de Gracias se ha encarecido un 14 % con respecto a la del año pasado.
De acuerdo con las estimaciones de este grupo de representación del sector agrícola, los ingredientes para preparar una cena para diez personas cuestan de media 53,31 dólares, incluyendo clásicos como el pavo, los moniatos y la tarta de calabaza.
Un pavo de dieciséis libras -el gran protagonista de la mesa de Acción de Gracias- cuesta de media 23,99 dólares, un 24 % más que el año pasado.
Según los datos más recientes de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU., la tasa interanual de inflación se disparó en octubre hasta el 6,2 %, lo que supone el registro más alto de los precios de consumo en este país desde 1990, en medio de la fuerte demanda de los consumidores y los problemas en las cadenas de suministro globales tras la crisis provocada por la pandemia.
Se trata del quinto mes consecutivo en el que la inflación interanual se sitúa en EE.UU. por encima del 5 %.
Además, los precios que pagan los consumidores por la gasolina aumentaron un 6,1 % el mes pasado y han subido un 49,6 % en un año, lo que también dispara el coste de viajar por carretera durante estas fiestas.
El día de después de Acción de Gracias es habitual que los comercios ofrezcan importantes rebajas en el conocido como “Black Friday” (viernes negro) que supone el inicio de la temporada de compras navideñas, pero tanto la inflación como los problemas de suministro hacen prever un período de compras con muchas más complicaciones que en ocasiones anteriores.
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