Por Isadora Camargo
La agropecuaria brasileña alcanzó en los seis primeros meses de 2020 un récord de exportaciones, con un aumento de casi el 10 % en relación al mismo periodo de 2019, y se ha convertido en sostén para la economía de Brasil en plena crisis del coronavirus.
Así lo corroboran expertos y productores del sector consultados por EFE sobre la pujanza de un sector que representa el 21.4 % del PIB de Brasil.
El gigante sudamericano se vio beneficiado por una especial coyuntura que hizo disparar sus exportaciones: la subida del dólar y las plagas de dos de sus competidores, Sudáfrica y Argentina.
"El campo brasileño no ha dejado de producir ni un minuto, estando disponible para abastecer al país que lo necesitaba. La pandemia sólo evidenció hasta qué punto nuestra agricultura es la esperanza de la economía y Brasil es el granero del mundo", explicó a Efe Marcello Domingues, uno de los gerentes de una gran plantación de soja en el interior de São Paulo.
Las exportaciones brasileñas de agropecuaria tuvieron un récord de enero a junio de 2020 y cerraron en 51,600 millones de dólares, el valor más alto registrado en los primeros seis meses del año, lo que corresponde a un aumento del 9.7 % en relación con el mismo período de 2019, según datos del Ministerio de Economía.
La tendencia al alza continúa en el inicio del segundo semestre. En las cuatro primeras semanas de julio, la agropecuaria brasileña alcanzó un crecimiento del 22.2 % en relación al mismo periodo de 2019.
Los datos divulgados por la Secretaria del Comercio Exterior del Ministerio de Economía de Brasil apuntan a que el resultado de la agropecuaria ayudó a la balanza comercial brasileña a llegar a un superávit de 15,602 millones de dólares en exportaciones durante estas cuatros semanas de julio.
LA SOJA LIDERA
La soja sigue siendo la protagonista del aumento de las exportaciones en el país y sus envíos en grano alcanzaron 60.3 millones de toneladas de enero a junio, equivalente a 20,500 millones de dólares.
Solo en junio las exportaciones brasileñas de la oleaginosa sumaron 13,750 millones de toneladas, un aumento de 60.8 % frente al mismo período del año pasado (8,552 millones de toneladas).
Según el Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea) de la Universidad de Sao Paulo, el crecimiento del PIB agrícola en el primer trimestre de 2020 fue del 3.78 %, el único sector a crecer en la mayor economía latinoamericana.
Este aumento contribuyó a amortiguar la caída del PIB brasileño en ese periodo, que retrocedió el 1.5 %.
Mientras muchos países cerraron las fronteras comerciales, el campo brasileño aprovechó los cultivos de granos y la producción de carne para "llenar los barcos de carga de manera estable y eficiente", algo positivo para la imagen brasileña en el mundo, según explicó el coordinador del Máster en Agronegocios de la prestigiosa Fundación Getúlio Vargas, Felippe Serigati.
"Llama la atención que Brasil haya demostrado ser un proveedor muy estable de alimentos y fibras, no hubo interrupción en la parte de los productos de exportación", explicó en una entrevista con Efe.
Como ocurre desde hace años, China ha sido el principal importador en Brasil, siendo el destino del 39.6 % de los envíos de productos agrícolas.
Los ingresos generados por las exportaciones al país asiático fueron de 20,500 millones de dólares en el período.
Luego se sitúa la Unión Europea, que representó el 16.2 % de las ventas externas brasileñas, Estados Unidos (5.9 %), Tailandia (2.1%) y Japón (2 %).
CARNES PARA EL LEJANO ORIENTE
China también se destacó en la compra de carnes brasileñas, ya que importó la mitad de la carne de res y cerdo exportada por Brasil.
La participación de China en las adquisiciones de carne de pollo también fue relevante, alcanzando el 32 % del total exportado.
Para la superintendente técnica de la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA), Natália Fernandes, además de la alta demanda china y la pandemia, Brasil también se ha beneficiado de la "salud de la manada porcina, que hace que el país sea más buscado".
Sin embargo, las relaciones políticas entre Brasil y China han registrado algunos momentos de tensión en los últimos meses. El diputado Eduardo Bolsonaro, influyente hijo del presidente Jair Bolsonaro, insinuó en marzo que China esconde información sobre el verdadero origen del COVID-19 y se refirió a ese país como "dictadura".
AGROPECUARIA EN CONSTANTE CRECIMIENTO
Para el productor de soja Carlos Eduardo Dauve, que tiene 450 hectáreas en el sur de Brasil, los precios fueron grandes aliados debido a la revalorización del dólar, que ayudó a aumentar el precio mundial de referencia de la soja en un 15 %."El agronegocio crece independientemente de la economía, independientemente del político en el poder. El sector agrícola en su conjunto rompe récords de productividad, porque nuestro agricultor es un guerrero y siempre ha superado las dificultades políticas o climáticas", concluyó Dauve.
Según el secretario de agricultura del estado de São Paulo -el más rico de Brasil-, Gustavo Junqueira, el agronegocio "no es ideológico".
"Brasil debería invertir en los mercados del sudeste asiático, Medio Oriente e India. Debemos firmar el acuerdo con la Unión Europea a través del Mercosur, esto también debería prepararnos para competir con los productos industrializados europeos", completó.
Además de la soja, los principales productos exportados de enero a junio fueron carne fresca (3,500 millones de dólares), celulosa (3,100 millones), carne de pollo (3,000 millones) y harina de soja (2,900 millones).
Juntos, los cinco productos representaron el 63.9% de las exportaciones brasileñas de agronegocios en el período.
Otro producto ejemplo de la pujanza brasileña en el sector es el zumo de naranja, la mayor parte producido en la región de Sao Paulo. Brasil es el mayor productor y exportador de este producto en el mundo y representa 81.5% de su comercio mundial, con cerca de 1 millón de toneladas anuales.
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